Estudio y propuesta de medidas para la minimización los impactos del motociclismo en el medio natural

Fuente: federació catalana de motociclisme
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El Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona ha estudiado durante seis meses el impacto que causa sobre el medio natural el uso de la moto de montaña, de acuerdo con el convenio firmado por este instituto con la Federación Catalana de Motociclismo.

El estudio, dirigido por el geógrafo, naturalista y doctor de Ciencias Ambientales, Martí Boada, además de efectuar una auditoría detallada de la afectación de la moto sobre el medio natural y buscar medidas para minimizar el impacto de esta práctica, también ha valorado las posibilidades que ofrece la moto eléctrica en este entorno.

El estudio se ha basado en valorar el ruido, la erosión, la emisión de CO2, la incidencia del polvo, los efectos generales sobre la flora y la fauna y la percepción social que existe alrededor de la moto de montaña.

Diagnóstico de la práctica motociclista en espacios naturales

El estudio presentado este mes de abril es una continuación natural del Diagnóstico de la práctica del deporte del Motociclismo en espacios naturales, que el doctor Martí Boada efectuó el año 2006. En ese trabajo se contextualizó el efecto de la práctica del motociclismo en los espacios naturales y se obtuvo una aproximación real de los posibles impactos que una moto puede llegar a provocar en el Medio Natural.

No existían trabajos precedentes o referencias de estudios similares que pudieran servir de base y esto hizo que tuviera que empezar de cero. Los investigadores trabajaron los impactos sobre el medio, teniendo en cuenta ruido, polvo, erosión, velocidades, emisión de gases, imagen social, etc ..., y se confirmó de una manera científica su presencia en el motociclismo de montaña.

Pero si la FCM había comenzado este estudio, había que continuarlo y el paso siguiente sería comprobar el impacto real que tenían todos estos factores en el medio natural y encontrar alternativas para minimizarlo.

La evaluación de estos factores a cargo de los investigadores ha demostrado que los impactos no son de más consideración al relacionarlos con otros mucho más tolerados socialmente. Hay que partir de la base de que cualquier actividad efectuada en el Medio Natural provoca de una manera u otra una cierta incidencia sobre él. Las motos no son una excepción, pero su impacto podría considerarse de medio-bajo.

Una de las aportaciones importantes del trabajo ha sido el estudio de las emisiones de CO2 generadas por el parque de motocicletas de montaña catalán, que han resultado muy bajas y el estudio del efecto de la deposición de polvo sobre los vegetales, que ha revelado una nula afectación, como mínimo a la comunidad de la zarza (matorral formada por arbustos), muy común en los márgenes de nuestros caminos.

A pesar de la percepción social que generalmente ve la moto como una máquina que altera y molesta el medio natural, también existe una posición favorable a la utilización del Medio Natural para el ocio y el deporte motorizado de forma regulada y sostenible.

Esto es lo que ha buscado la FCM con este estudio. Tener un estudio racional y científico sobre los impactos de la moto de montaña, para empezar a trabajar conjuntamente con las instituciones, fabricantes y otros colectivos vinculados al motociclismo con el objetivo de minimizar los impactos y aumentar la aceptación social de la práctica motociclista en la montaña.

Minimización del impacto

Después de detectar los aspectos donde influía la práctica de la moto, había que buscar medidas o aportaciones a hacer con el objetivo de reducir todo lo posible esta incidencia sobre la naturaleza.

Tras el estudio de los impactos ambientales generados por las motocicletas de montaña y el experimental hecha por algunos aspectos, se puede concluir que la minimización de los impactos de la práctica del motociclismo de montaña pasaría por dos aspectos fundamentales:

- La actitud de los deportistas hacia la conducción y el respeto por el medio y las personas.

- El uso de elementos alternativos, donde se incluiría también la propia motocicleta.


Actitud de los pilotos
La actitud de los pilotos ya ha sido reivindicada desde hace tiempo, tanto desde las asociaciones y federaciones, como desde la administración pública.

La adopción e implementación de la Tarjeta Verde es un activo alcance que mejoraría notablemente esta vertiente más personal, es la vía de futuro para alcanzar una práctica respetuosa y estable del motociclismo off-road.

La clave pero es la catalogación de caminos y la clasificación del territorio de Cataluña en función a su disponibilidad para la circulación motorizada. Aquí es donde hay que invertir más esfuerzos y recursos, porque es la administración la que debe llevar a cabo esta clasificación.



A nivel legislativo, hay que decir pero, que en los últimos tiempos se están observando unos avances en la regulación del motociclismo de montaña. En poco tiempo ha aparecido un Decreto (3 / 2010) que agiliza los trámites de las actividades organizadas y da más competencia y poder de decisión a las federaciones.

Asimismo, se está llevando a cabo una revisión de la Ley 9 / 1995 de regulación del acceso motorizado al medio natural, ley que levantó muchas dudas en cuanto a su aplicación, y que de alguna manera, la Tarjeta Verde , está concebida como un sistema para corregir algunos aspectos de la Ley.

Uso de elementos
Cuando nos referimos al uso de elementos, o incluso de motocicletas, alternativos, nos estamos refiriendo a que los deportistas incorporen, si es que no vienen de origen, toda una serie de elementos diseñados para la minimización de los impactos.

En este sentido, el uso de silenciadores para reducir ruido y el uso de neumáticos ecológicos para reducir la erosión son dos aspectos fundamentales.

Hay que valorar la implementación de la motocicleta off-road eléctrica, a pesar de sus problemáticas (producción, elementos y reciclaje de baterías), como un verdadero cambio de paradigma. Ya se sabe que el cambio cuesta, pero la penetración de esta tipología de vehículo debe ser progresiva para que con la combinación de lo anterior se supere el estigma que tiene la sociedad de la práctica y los pilotos de motociclismo de montaña.



Barcelona, abril 2011